18 de enero de 2008

Un ejemplo habla más que mil palabras

Durante las últimas semanas, ARENA ha venido sosteniendo un diálogo abierto y honesto a nivel nacional sobre el perfil del candidato a postular para las elecciones del 2009. Mientras ARENA reafirma por medio de acciones concretas sus principios democráticos,  la dirigencia ortodoxa de los dinosaurios rojos decidió la opción antidemocrática y autoritaria de la dedocracia al nombrar al candidato narcisista y egolatra de M Funes. 
No hay que ser un especialista ni un polítologo para interpretar las claras diferencias en las corrientes de pensamiento y conducción de los partidos mayoritarios. Mientras el frente sigue los lineamientos dictatoriales del moribundo de Castro y el teniente coronel Chávez, ARENA predica con el ejemplo las convicciones democráticas con las que ha venido gobernando los últimos 19 años. 
Para cualquier ciudadano amante de la libertad y creyente en los derechos inalienables del ser humano, bastaría este rápido análisis para decidir por quien votar en enero y marzo del 2009. 
Lo irónico de todo esto es que todavía hay algún par de rojos y otros de los mismos resentidos sociales que critican los procesos democráticos de ARENA por la forma de escogencia del candidato. Para esos, simplemente les recordamos que la votación a mano alzada no es nada diferente al sistema de primarias y/o elecciones que se llevan a cabo en algunos de los estados en Estados Unidos. La modalidad es conocida como "caucus" imperante en Iowa y Nevada. Este sistema de elección no sólo requiere una simple alzada de mano sino que obliga al votante a sentarse o moverse de un lado del salón al lado al otro donde se encuentra el grupo del candidato que se quiere apoyar. Entonces, ¿cuál es el problema con realizar un proceso de primarias a mano alzada? 
En lugar de criticar la forma del proceso, se les incita a esos resentidos sociales y retrogradas a imitar el buen ejemplo y que por lo consiguiente democraticen sus procesos de elección. O ¿será qué aún persiste el miedo en la dirigencia ortodoxa de más divisiones y deserciones tal y como se ha venido dando desde la firma de los acuerdos de paz? ¿Será que la dirigencia del Partido Comunista no confía en sus bases y que la democracia es una amenaza para la cohesión del partido? ¿ Y dónde quedó el discurso reformista y evolucionado del narcisista de M. Funes? Que mejor prueba para todos aquellos que pensaron que el títere de M. Funes iba lograr cambiar algo en la dirigencia del frente. Queda comprobado que ese discurso bravucon y reformista no es nada más que una utopía existente simplemente en el papel que transcribe los discursos y entrevistas del títere Funes.