13 de junio de 2009

Sobre transparencia y honestidad

Desde su llegada al poder, la nueva administración ha olvidado las palabras del discurso del Presidente electo Funes y ha optado por el discurso revanchista del día de juramentación del M Funes. Aquellas palabras de estadista del candidato triunfador la noche de las elecciones quedaron en discurso. Las acciones nos han comenzado a dar la razón de todo lo que se sospechaba en la campaña.
Como era de esperarse, los rojos populistas deben ahora preparar al electorado para el incumplimiento de promesas. Es obvio que ese millón de mentiras y programas sociales que prometieron durante la campaña es imposible de cumplir no tanto por la crisis económica que afrontamos sino más bien porque ellos no tienen la más mínima idea de administración pública.
¿Cómo preparan el camino?
Han comenzado por culpar a los 20 años de administración de ARENA por la actual crisis económica mundial. El M Funes era conciente de la envergadura de la crisis, pero le faltó honestidad desde el inicio. Sin variar mucho del populismo económico que impregnó la última administración, el equipo económico de la nueva administración ha comenzado a incrementar el gasto público sin incrementar los ingresos. Casos específicos: han aumentando el número de plazas en el gabinete, han suprimido el cobro de tárifas voluntarias en los hospitales, han prometido bonos a maestros y un aumento en las pensiones a los ancianos. Pero han faltado agallas para decir como le van a hacer para balancear el presupuesto.
Con respecto a los casos de corrupción que han reportado, aplaudimos que se persigan legalmente. Que se respete la institucionalidad y que se utilicen los canales adecuados para hacerlo. Pero la denuncia no es suficiente. La pelota está en el terreno de los rojos para prevenir que casos similares se den en esta administración.
La solución es fácil: transparencia. Pueden aducir que se necesita legislar, pero el sentido común no se legisla.
Así como se están presentando esos casos de corrupción públicamente, el M Funes debe ordenar a sus miembros de gabinete que comparezcan en público y que den a conocer sus estados financieros. No basta con llenar el formulario de probidad, que den la cara, que los publiquen. Que se incluyan deudas y den a conocer los nombres a quien les adeudan. Además sin tanta roña generó, ¿por qué no suprimir la famosa partida secreta? Aún más, así como en países con tradición democrática más arraigada que la nuestra, los funcionarios debiesen reportar cualquier regalo que sea más de $500, incluyendo regalos de otras naciones.
El M Funes está en el asiento de conductor. Desde el púlpito de la presidencia del país, el M Funes puede promover los CAMBIOS que así desee. Que invierta su capital político, mínimo pero que lo haga.
Pero que se deje ya de pajas ya que cada vez que da una declaración pública carece de detalles y las promesas de que luego miembros del gabinete darán a conocer los detalles comienza a cansar.

3 de junio de 2009

Regaños, plantones y cortinas de humo empañan celebración guerrillera

Se les aguó la fiesta a los dinosaurios rojos. Lo que debiese haber sido todo un derroche de alegría se ha visto reducido a regaños públicos, plantones y una que otra declaración de los bolivarianos tratando de tapar el sol con un dedo. La cosa se le está poniendo peluda al M Funes. 
Para muestras un par de botones.
El tirano"saurio" de Castro le mandó a dar senda regañada pública al M Funes desde su lecho de muerte. Ya con el orto deformado le reclamó al otrora servil entrevistador del tirano las buenas palabras que tuvo para con la secretaria de estado de los Estados Unidos y con el mismo Lula, la antitésis del Fidelismo y Huguismo en nuestro hemisferio.

Cuando hoy veía por televisión la toma de posesión de Mauricio Funes y éste habló de restablecer relaciones con Cuba, un ensordecedor aplauso y gritos de júbilo estallaron en aquella sala, como no se escucharon en ningún otro momento de su discurso. Allí entre los invitados estaba Hillary. Previamente el orador, que muchas veces se apartaba de los papeles, había cometido el error de saludar a la Clinton, que ocupa el cargo de Secretaria de Estado, antes incluso que a Lula da Silva, Presidente del gigante suramericano, allí presente entre un grupo de Presidentes de nuestra área. El orador, sin concluir todavía el prolongado aplauso a Cuba —que tal vez lastimaría a la señora Clinton—, tomó la palabra y mencionó de nuevo a Estados Unidos, con la mejor intención del mundo. Sin embargo, muy pocos en aquella gran sala aplaudieron a ese país.(Los aplausos y los silencios, Granma: 02/06/2009) 
Por otro lado, el burdo de Chávez se desapareció todo el fin de semana. Para bendición de nuestros hermanos venezolanos dejó en veremos la jornada maratónica de Aló Presidente. Ya van dando como 5 versiones diferentes para justificar su ausencia en la toma de posesión del M Funes. Lo único cierto alrededor de este mamarracho es que no estuvo presente ni él ni sus secuaces de Evo y Ortega. Los 3 chiflados brillaron por su ausencia y eso dice más que los 4 días que Chávez había prometido hablar en televisión. Las excusas sobran "Chepe Toño".
Previo al 1º de junio, el M Funes perdió sus primeras y quizá más importantes batallas como el flamante presidente electo. Los comandantes guerrilleros le impusieron a todos sus cabecillas para los puestos más importantes del  gabinete de gobierno.  El colmo hubiese sido que no le hubieran permitido poner a Hato y Segovia. 
Lo único que vale comentar del discurso del M Funes el pasado lunes es su referencia a la meritocracia. No hay que ser brujo para saber que el M Funes se referia a los méritos que cada uno de estos infames cabecillas guerilleros habrían hecho durante la guerra: asesinar, secuestras, extorsionar, etc. Parte del cambio prometido es de pasar de la denotación de las palabras a su connotación. La dialéctica a su máxima expresión.