15 de diciembre de 2006

Voto en el exterior: Los Mexicanos y su experiencia

En un esfuerzo por lograr entender la lógica de la constante petitición de algunos miembros de la diáspora para conseguir el voto en el exterior siempre vale la pena ver los resultados de países que han experimentado ya con esta iniciativa. El caso más sonado es México. Con costos aproximados a los $120 millones para que ni el 1% de los votantes registrados ejerciera el sufragio. Fue un fracaso y una clara irresponsabilidad fiscal. Como le dice Jorge Ramos en su columna de opinión del 15 de enero de 2006:
"Las organizaciones de mexicanos en Estados Unidos y quienes trabajamos en los medios de comunicación en español nos equivocamos al calcular el interés de la comunidad mexicana para votar desde fuera. Es muy posible que hayamos proyectado socialmente lo que era, en el fondo, un asunto muy personal.
Es posible, y esto requiere más análisis, que la desconexión de los mexicanos que viven en Estados Unidos con su país de origen es mucho mayor de lo que nos imaginábamos.
La política mexicana no parece ser una de sus preocupaciones principales cuando, por ejemplo, tienen que esconderse constantemente de las autoridades migratorias en Estados Unidos, buscar trabajo, conseguir una buena escuela para sus hijos y enviar dinero a sus familias en México.
Los inmigrantes mexicanos siguen conectados –por las remesas, la internet, el celular...- con sus familias en México, pero no tanto con su país."
A pesar de haber sido uno de los mayores defensores del voto en el exterior, Ramos reconoce el gran fracaso que significó este proceso.

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